Bienaventurados los que hayan encontrado este espacio

La idea de este blog es que sea un espacio para manifestar pensamientos, ideas, protestas (por qué no) y todo tipo de menesteres sobre la realidad o irrealidad en la que estamos inmersos los seres humanos, tanto propios como de terceros. Invito a los interesados, incluyendome, a exponer sus manifiestos, sin restricciónes ni censuras. Espero que lo disfruten tanto, como yo hacerlo.

Los comentarios son sin cargo ni costo adicional (y no es necesario ser usuario de blogger).

Emmanuel

"Se quien no soy, pero no se quien soy"

"La única certeza es el azar"

"Estoy en desacuerdo hasta conmigo mismo"

Presentando el blog

"Yo creo que desde muy pequeño mi desdicha y mi dicha al mismo tiempo fue el no aceptar las cosas como dadas. A mí no me bastaba con que me dijeran que eso era una mesa, o que la palabra "madre" era la palabra "madre" y ahí se acaba todo. Al contrario, en el objeto mesa y en la palabra madre empezaba para mi un itinerario misterioso que a veces llegaba a franquear y en el que a veces me estrellaba."

Julio Cortázar

El hombre mediocre

“El predominio de la variación determina la originalidad. Variar es ser alguien, diferenciarse es tener un carácter propio, un penacho, grande o pequeño: emblema, al fin, de que no se vive como simple reflejo de los demás. La función capital del hombre mediocre es la paciencia imitativa; la del hombre superior es la imaginación creadora. El mediocre aspira a confundirse en los que le rodean: el original tiende a diferenciarse de ellos. Mientras el uno se concreta a pensar con la cabeza de la sociedad, el otro aspira a pensar con la propia. En ello estriba la desconfianza que suele rodear a los caracteres originales: nada parece tan peligroso como un hombre que aspira a pensar con su cabeza.”

José Ingenieros

El Aleph

"El troglodita me precedió; esa noche concebí el propósito de enseñarle a reconocer, y acaso a repetir, algunas palabras. El perro y el caballo (reflexioné) son capaces de lo primero; muchas aves, como el ruiseñor de los Cáceres, de lo último. Por muy basto que fuera el entendimiento de un hombre, siempre sería superior al de irracionales."

Jorge Luis Borges

lunes, 14 de junio de 2010

A 82 años de su nacimiento

He aquí mi forma de recordarlo...

Emmanuel

Un buen campo para desarrollar su personalidad, hasta por contradicción, fue su propia familia. Tanto el tronco paterno, Guevara Lynch, como el materno, De la Serna, arrancaban de viejos linajes aristocráticos, aun anteriores a la independencia argentina. Pero tanto unos como otros habían perdido lo principal de sus patrimonios, y los padres del Che, en los hechos, debieron edificar su posición como familias corrientes de clase media, a partir de niveles bastante bajos. En esta situación particular, el origen aristocrático se convirtió en un verdadero obstáculo, porque los compromisos con el pasado impidieron más de una vez al padre realizar buenos negocios en el presente. La absoluta certeza de que un hidalgo no puede descender a ninguna inmoralidad, y lo corriente que son éstas en el comercio, aprisionaron al padre del Che en la alternativa de ganar dinero o seguir siendo un caballero, como sus antepasados. De más está decir que eligió lo segundo, y que el Che heredó íntegramente el espíritu generoso de su padre, llevándolo a un plano superior que sólo podía materializarse en la revolución social y la implantación de la justicia en el mundo entero. El hogar de los Guevara fue, además, socialmente abierto y democrático, intelectualmente activo y políticamente progresista, sin perder el marco de aristocracia añeja. Por su procedencia familiar, el Che pudo ser recibido por las grandes familias de la nobleza provinciana, en la ciudad de Córdoba, o en Buenos Aires, como un igual. Por la posición económica, sus compañeros de juegos fueron hijos de funcionarios del gobierno, o de profesores de colegio, o caddies de los campos de golf cercanos a su casa.

Una familia con estas características debía, sentirse conmovida con la guerra de España, que estalló cuando el Che tenía ocho años. La guerra española emocionó a la Argentina como un conflicto propio, y el país se dividió en “franquistas” y “leales”. Las calles de Buenos Aires y de las grandes ciudades de provincias fueron escenario de choques armados y manifestaciones populares, que un gobierno militar de extrema derecha más de una vez no pudo controlar. Un tío de Che, poeta refinado, sintió el sacudimiento de la guerra lejana y viajó a España, escribiendo a su regreso un libro, España bajo el comando del pueblo, que también marcó su adhesión al comunismo. La madre, como el padre, eran laicos, con ese estilo particularmente agresivo que caracteriza a quienes han sido educados en colegios religiosos –lo que, por lo menos en el caso de la madre, había tenido lugar bajo la tutela de monjas católicas muy estrictas–.

En este ambiente familiar, lo natural era la pasión por la justicia, el repudio al fascismo, el desdén religioso, la curiosidad por la literatura y el amor por la poesía, la prevención contra el dinero y los métodos para ganarlo. Y también la rebeldía personal, cuya gradual comprensión de los problemas sociales, lo llevaría a su rol principal de revolucionario. No quería que mataran lo mejor que había en él: de eso estaba seguro.

Ricardo Rojo
Mi amigo el Che
1985